Me asomé a la ventana... allá, detrás de los edificios, se avista el mar...y hacia él volaron mis dolores viejos, mis resentimientos, mis pobres recuerdos, mi parte cruel.
Se subieron a la ola más grande... se desarmaron en sal sobre la arena, el sol las consumió y el viento borró sus huellas.
Aligeré el equipaje... volví de un viaje agotador, y ya libre de toda atadura, retomé mis alas y volví a ser yo.